Lo principal es mantener al paciente en reposo, hidratado, administrando régimen líquido (agua cocida) o sales de hidratación y/o alguna bebida isotónica. Éstas deben estar de preferencia frías, y ser ingeridas de manera fraccionada (cada 5 minutos) y en volúmenes pequeños (cucharaditas), para evitar que sea vomitada por el paciente.
Hay que tener en cuenta que, en general, mientras menor sea un niño, es más posible que se deshidrate.