Evaluar la gravedad de la lesión o herida, mantener la calma y actuar con rapidez será vital para que un cercano o tú pueda recibir atención médica inmediata.
Un traumatismo es un golpe o herida en algún órgano o tejido, fracturas, luxaciones o el típico esguince, y dependiendo de la zona del cuerpo afectada se pueden distinguir dos tipos: óseos y articulares.
El traumatismo óseo corresponde a aquellas lesiones que afectan directamente a los huesos como fracturas o fisuras, así como golpes en la cabeza y columna vertebral.
El traumatismo articular, por otra parte, tiende a relacionarse con aquellos problemas en las articulaciones, manos, brazos y pies, así como esguinces y luxaciones.
Para el Dr. Alfredo Labarca, médico de HELP, los traumatismos más frecuentes son aquellos que “están dados por accidentes laborales, de tránsito, caídas de altura y lesiones deportivas”, y dependiendo del lugar en que se produzca se generan síntomas.
“Generalmente es dolor en la zona del golpe, sangramiento. En el caso que afecte alguna extremidad puede aparecer un hematoma, inflamación, edema o dificultad de movilidad”, afirma el doctor Labarca.
¿Qué hacer si sufres un traumatismo?
Aunque por lo general se pueden prevenir, sobre todo aquellos que tienen relación con causas laborales, deportivas o de tránsito, el doctor Labarca afirma que cuando revisten una situación compleja, es decir, un golpe en la cabeza que provoque pérdida de conciencia, desorientación, o en caso que se trate de una fractura donde la persona sufra mucho dolor o deformidad de alguna extremidad, “se debe acudir inmediatamente a un servicio de urgencia o llamar a una ambulancia para ser atendido”.
En caso de sufrir un traumatismo óseo o articular, es imprescindible que sigas los consejos y tratamientos de tu doctor. “El tratamiento clásico para los traumatismos leves es hacer reposo, utilizar compresas de hielo en la zona del golpe durante las primeras 48 horas y mantener en elevación la extremidad afectada”, asegura el médico especialista.