Se trata de una malformación en el desarrollo de la articulación de la cadera muy frecuente en las guaguas. Si no es diagnosticada y tratada a tiempo, el niño o niña puede generar una cojera al crecer. Afortunadamente, sí hay tratamiento precoz para esta enfermedad.
Es un problema que se presenta desde el nacimiento o en el desarrollo de la primera infancia. Las niñas y aquellos recién nacidos que salieron primero con los pies, y no con la cabeza al momento del parto, son los más vulnerables de generar esta enfermedad. También aquellos con antecedentes familiares de displasia y de malformaciones del pie.
Los síntomas de alerta para los padres son:
- Que el niño o niña llore o se queje cuando le intentan mover las piernas
- Una pierna es más larga que la otra
- La cadera está floja
El Dr. Mauricio Muñoz, especialista de Help, explica que lo mejor para tratar la displasia es un tratamiento ortopédico: “Consiste en el uso de un arnés de Pavlik, un dispositivo diseñado para mantener las piernas en un modo correcto, de manera que permanecen separadas mientras la articulación de la cadera se reduce de manera adecuada, permitiendo que se formen normalmente”.
El Dr. Muñoz comenta que el diagnóstico clínico se realiza a través de un examen realizado por un pediatra o un traumatólogo infantil: “Si se tiene la sospecha de que el recién nacido tiene displasia, el especialista indicará una radiografía de caderas. También puede pedir otros exámenes, como una ecotomografía y procedimientos que analicen la asimetría de los pliegues y la alteración de los movimientos de la cadera. Estos deben realizarse antes del primer mes de vida y repetir en el control de los 3 meses”.
El especialista recalca que es importante educar a las personas sobre esta enfermedad y desmentir el mito del “doble pañal”. Se trata de una costumbre que se usaba años atrás, donde a las guaguas se les colocaba dos pañales para, supuestamente, mantener las caderas en su sitio ante una sospecha de displasia de cadera leve, lo que es totalmente falso. “Es un mito que no tiene ninguna base científica. Lo mejor es una evaluación médica con un especialista”, afirma.
El arnés de Pavlik debe ser revisado regularmente por el médico, asegurando que está bien ajustado y colocado en el cuerpo del menor. Es un tratamiento seguro y efectivo, por lo que el niño o niña solo necesitará usarlo un par de meses antes de cumplir el año.
Si han pasado meses y no se ha conseguido la reducción necesaria, el especialista evaluará una cirugía.
La displasia de cadera es una enfermedad muy común. El diagnóstico y tratamiento oportuno evitarán una posible cojera y problemas en el desarrollo de las piernas del menor. Si tienes la sospecha de que tu hijo tiene esta enfermedad, te sugerimos que lo lleves al pediatra lo más pronto posible.