El verano es sinónimo de diversión, relajo, vacaciones y un sinfín de panoramas para disfrutar en familia y con amigos, pero también del consumo de alimentos que, de no estar en buen estado o ser bien manipulados, podrían provocar enfermedades como Salmonella, Listeria Monocytogenes, Hepatitis A, Escherichia Coli y Norovirus.
Las infecciones gastrointestinales, aquellas que atacan el estómago y los intestinos, son uno de los trastornos más frecuentes en esta época y tienen relación con el consumo de agua contaminada, alimentos descompuestos o mal cocinados, en mal estado producto de las altas temperaturas y la humedad, o por consumo de alimentos crudos como los mariscos.
Según explica el doctor de Help, Fernando Lazo, la carencia de higiene provoca que las bacterias no se eliminen por completo y den lugar a infecciones que afectan el organismo. “Las altas temperaturas del verano, favorecen el crecimiento de las bacterias en los alimentos, especialmente en lácteos. Además, se acostumbra a consumir mariscos crudos que provienen de agua de mar altamente contaminada y que contienen altas cantidades de microbios, virus y toxinas. A esto se suma que en esta época las personas relajan las medidas de higiene, las cuales deben ser rigurosas sobre todo en campings, playas, ríos, lagunas o en el campo, donde muchas veces no se dispone de agua potable para el adecuado lavado de los alimentos”.
Por todo lo anterior, es necesario que tomes todos los resguardos necesarios para que disfrutes de forma responsable las vacaciones y evites sufrir desde simples dolores estomacales hasta pasar por cuadros más severos cuya sintomatología es “dolor abdominal, diarrea, vómitos, fiebre y complicaciones importantes como la deshidratación”.
El Dr. Lazo asegura que se deben tomar algunas medidas como:
– Mantener un correcto lavado de manos después de manipular cualquier alimento, antes de comer y después de ir al baño.
– Lavar y desinfectar todas las superficies y utensilios que usarás en la preparación de alimentos.
– Evitar consumir mariscos crudos y lácteos que se encuentren a temperatura ambiente.
– Verificar siempre que los alimentos estén frescos.
– Desinfectar todas las frutas y verduras.
– Si no hay acceso a agua potable, tomar agua hervida o embotellada.
– No concurrir a establecimientos que no cumplan con las normas sanitarias o donde notes que los alimentos hayan perdido la cadena de frío.
En caso que sientas algunos de los síntomas descritos anteriormente, acude a una consulta médica para evitar que el cuadro infeccioso empeore y procura siempre mantenerte hidratado.