El ojo es un órgano que se encuentra en la cavidad ósea del cráneo cuya anatomía interna está conformada por la esclerótica, la córnea, la coroides, el cuerpo ciliar, la pupila, el iris, la retina, el humor acuoso, el cristalino, el humor vítreo y el nervio óptico, mientras que externamente se compone de pestañas, párpados y cejas que lo protegen y que impiden que entren sustancias externas, además de mantenerlo húmedo, lubricado y limpio.
Cuando todas sus partes funcionan de forma óptima, el sistema visual detecta los estímulos luminosos que distinguen la luz en cuanto a su intensidad y longitud de onda, y que antes de llegar a la retina recorre las distintas partes del ojo.
Sin embargo, algunas personas pueden sufrir diversas enfermedades oculares, una de ellas es Glaucoma.
El glaucoma es una enfermedad que afecta al ojo, caracterizada por un aumento de la presión dentro del globo ocular que causa un daño progresivo en la retina y a veces hasta pérdida de la visión. Es una de las principales causas de ceguera para las personas mayores de 60 años, y puede producirse a cualquier edad.
“Es la consecuencia de una lesión en el nervio óptico. A medida que éste se deteriora gradualmente, aparecen puntos ciegos en el campo visual. Por motivos que no se comprenden en su totalidad, esta lesión en el nervio suele relacionarse con un aumento de presión en el ojo y finalmente con la ceguera”, sostiene el médico de Help, Dr. Fernando Lazo.
Y aunque no se puede recuperar la pérdida de la vista asociada a esta enfermedad, el Dr. Lazo asegura que “es importante realizarse exámenes oculares periódicos que incluyan mediciones de la presión ocular para poder realizar un diagnóstico en las etapas iniciales”.
Síntomas
En un inicio, el glaucoma no presenta ningún síntoma, pero con el tiempo se pierde lentamente la visión, empezando por la visión lateral o periférica. A medida que la enfermedad empeora y sin ningún tratamiento, el Glaucoma eventualmente podría causar ceguera total.
– Dolor severo en el ojo o la frente.
– Enrojecimiento del ojo.
– Disminución de la visión o visión borrosa.
– Visión de arcoíris o halos de luz.
– Dolor de cabeza con mayor frecuencia alrededor de los ojos o frente.
– Náuseas y vómitos.
En caso de experimentar sistemáticamente algunos de estos síntomas, lo ideal es acudir a un oftalmólogo para la realización de los exámenes pertinentes.