Es un trastorno que afecta a las articulaciones, provocando rigidez y disminución de la movilidad de manera lenta y progresiva. No tiene cura, pero sí hay maneras de mejorar la calidad de vida de las personas afectadas.
La artrosis produce el desgaste del cartílago que recubre las articulaciones debido a factores biomecánicos, genéticos y bioquímicos, los que también afectan al hueso y a la membrana que recubre la articulación. Cuando este cartílago se lesiona, se produce rigidez e incapacidad funcional. Sus principales síntomas son:
- Dolor
- Deformidad en las articulaciones
- Inflamación y cúmulo de líquido sinovial en las articulaciones
- Atrofia de los músculos contiguos
- Rigidez y/o crujidos en las articulaciones
La artrosis se puede heredar, por lo que factores genéticos pueden hacer que esta enfermedad se produzca con mayor facilidad. Otros factores que influyen en la predisposición son la obesidad, falta de ejercicio físico o alteraciones en la postura.
Generalmente afecta la columna cervical y lumbar, algunas articulaciones del hombro y de los dedos de las manos, cadera, rodilla y la articulación del comienzo del dedo gordo del pie.
Para tener un diagnóstico certero, el paciente debe ser evaluado por un médico, quien revisará la articulación afectada para detectar sensibilidad, inflamación, enrojecimiento y flexibilidad.
La artrosis no tiene cura, pero sí tratamientos. El Dr. Harrison Franco, especialista de Help, comenta que el plan consiste en lo siguientes pilares:
- Medicamentos orales: Ayudan a aliviar el dolor como el paracetamol.
- Kinesioterapia: Ayuda a fortalecer los músculos alrededor de la articulación, aumenta la flexibilidad y reduce el dolor mediante ejercicios. Puede ser actividad física de baja intensidad, pero que se practique de manera constante, como caminar.
- Terapia ocupacional: Permite descubrir maneras de hacer las tareas cotidianas, para que los pacientes afectados no requieran hacer un sobreesfuerzo de la articulación y no sientan dolor.
- Estimulación nerviosa eléctrica transcutánea: Se utiliza una corriente eléctrica de bajo voltaje para aliviar el dolor. Proporciona alivio a corto plazo.
- Infiltración con corticoides: Grupo de hormonas esteroides que se utilizan para tratar enfermedades crónicas.
- Cirugía: Procedimiento que consiste en el reemplazo de la articulación si el daño es muy severo. Es la última opción.
Para evitar los factores de riesgo y prevenir la artrosis, el Dr. Franco asegura: “Es importante llevar una alimentación equilibrada, rica en frutas y verduras. Realizar ejercicio habitualmente, pero de manera moderada. En el caso de que la persona realice levantamiento de pesas, se debe evitar cargar mucho peso. Así no se desgastan las articulaciones. Si la persona realiza ejercicio de bajo impacto, aumenta la resistencia y fortalece los músculos alrededor de la articulación, haciendo que sea más estable. Estos pueden ser caminar o andar en bicicleta”.
Otra forma de actividad física es practicar yoga, lo que implica ejercicios suaves y estiramientos combinados con respiración profunda que podrían reducir el dolor de la artrosis y mejorar el movimiento.
El Dr. Franco también recomienda el uso de calor y frío: “El calor, especialmente el calor húmedo, puede ayudar a los músculos a relajarse. El frío puede aliviar las molestias musculares después del ejercicio y disminuir los espasmos musculares”.
La artrosis es una enfermedad que se produce principalmente en la vejez, pero sí se puede evitar con los consejos del Dr. Franco. Ante algunos de sus síntomas, consulta con un especialista para iniciar el tratamiento lo más pronto posible.