Incorporar alimentos sanos a nuestra dieta diaria es clave para que el organismo y sistema inmune estén fortalecidos para afrontar el invierno, pero además porque su consumo entrega muchos beneficios para la salud.
¿Has escuchado hablar de los superalimentos? Lo primero que debes saber es que contienen un alto valor nutricional ricos en antioxidantes, fitonutrientes, fitoquímicos y enzimas. Además, tienen grasas saludables y vitaminas, lo cual te dejará maravillado. Y lo mejor es que cada vez están más al alcance de tu mano.
Entre los superalimentos que más destacan por su gran aporte nutricional se encuentran las legumbres, las cuales tienen hidratos de carbono de bajo índice glicémico y son una gran fuente proteica. A ellas se suman la chía, rica en fibra y vitamina C, que otorga siete veces más omega 3 que el salmón. ¿Increíble, cierto? Pero hay más.
Otros superalimentos son: el kale, hortaliza que entrega al organismo proteínas vegetales, antioxidantes y fibra; la palta que aporta ácidos grasos esenciales para controlar los niveles de colesterol, lo cual ayuda al corazón; y la quínoa, que contiene un alto nivel de proteínas, vitaminas C, E, B1 y B2, minerales como el calcio, hierro y magnesio, y ácidos grasos esenciales como el omega 6. “Son muy buenos como complementos dentro de la alimentación, sin embargo, no pueden ser la esencia de una comida”, afirma la doctora Katherin Falck, médico de Help
Lo mejor es que la mayoría de ellos son muy fáciles de consumir e introducir en la dieta. ¡Prepáralos con ensaladas, yogures, jugos, batidos, leche, postres, y en lo que quieras!
¿Son milagrosos los superalimentos?
No, pero si lo que buscas es un cambio radical y saludable en tu alimentación debes tener claro que la clave es tener una dieta equilibrada que incluya todos los grupos de alimentos como “cereales, al menos cinco porciones de frutas y verduras, proteínas como el pescado, mariscos, carnes magras, legumbres y alimentos con aceite de origen vegetal”, indica la doctora Falck
Esto proporciona al organismo todos los nutrientes que necesita para su buen funcionamiento, previniendo enfermedades que puedan tener como causa una mala alimentación. Sin embargo, “debe ir de la mano con la realización de actividad física y del cuidado personal, como los cuidados médicos preventivos”, asegura la Dra. Falck. ¡La clave está en seguir una dieta variada, equilibrada y saludable!