El adormecimiento en los dedos y calambres en los antebrazos son síntomas claros del Síndrome del túnel carpiano. ¡Aprende a reconocerlos y evitar estas molestias!
Síndrome del túnel carpiano. ¿De qué se trata?
Muchas veces no se presta atención a aquellos dolores o molestias en las manos y antebrazos como adormecimiento y calambres. Sin embargo, esta afección, la cual la padecen 2 de cada 10 trabajadores, comienza a ser insoportable cuando se vuelve crónica.
El Túnel Carpiano se le llama a una zona de las muñecas rodeado de huesos y ligamentos por donde pasa el nervio mediano y algunos tendones que van desde el antebrazo a la mano. Cuando este túnel sufre una inflamación, el nervio y los tendones se comprimen generando debilidad, dolor, sensación de hormigueo, adormecimiento, calambres en los dedos, y ardor en la palma de la mano y antebrazo.
Causas
Aunque existe una predisposición genética, esta enfermedad se suele asociar con:
– Tener un túnel más pequeño de lo normal
– Lesiones como fracturas o torceduras
– Realizar con frecuencia trabajos manuales que fuercen la musculatura de la mano y/o el antebrazo
– Tener retención de líquido por embarazo, menopausia u obesidad
– Padecer artritis reumatoide o diabetes
– Consumo de algunos medicamentos en específico
– Obesidad
¿Cómo se diagnostica?
En caso de sospechar de padecer esta dolencia, el médico realizará un examen de sensibilidad y fuerza de la mano y de los dedos. Así, las principales maniobras que aplicará son:
– Prueba de Tinel: Percusión de forma suave con los dedos la zona del tendón palmar, lo que provoca hormigueos.
– Prueba de Phalen: Flexión de las dos palmas juntas formando un ángulo cercano a 90 grados con el antebrazo. Esta prueba desencadenará la aparición de algunos síntomas.
– Signo de Durkan: Prueba donde se presiona la zona del túnel carpiano para apreciar los síntomas.
Tratamientos
Si crees que puedes padecer este síndrome, lo primero que debes hacer es acudir a un especialista médico. En los casos más leves, el dolor y molestia se subsana con un tratamiento basado en antiinflamatorios, pero si el caso es grave se puede llegar a cirugías correctivas.
Aquí te contamos cuáles son los procedimientos menos invasivos:
– Si la causa del dolor es otra enfermedad, debes tratar y controlar la patología primaria
– Si el dolor es causado por actividades frecuentes, recurre a la inmovilización y al tratamiento con medicamentos
– En casos extremos y cuando otras medidas no tengan efecto positivo, se sugiere la realización de una cirugía
Consejos
– Reduce la fuerza
– Toma descansos cortos pero frecuentes
– Mejora tu postura corporal
– Realízate a la brevedad los exámenes solicitados por el médico tratante