Los infartos y los accidentes cerebrovasculares (ACV) son dos de las principales causas de muerte a nivel mundial de acuerdo con datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Estos trastornos están estrechamente relacionados a factores de riesgo como la hipertensión, el colesterol alto, la diabetes, el sedentarismo y la mala alimentación. Sin embargo, con un estilo de vida saludable y la adopción de ciertos hábitos preventivos, podrás disminuir las probabilidades de sufrir estas enfermedades.
Consejos
De acuerdo con lo comentado por el médico de Help, Dr. Alfredo Labarca, lo primero que debe hacer una persona, y casi por obligación es “llevar un estilo de vida activo y saludable”. Esto, asegura, “es vital para evitar enfermedades que pueden llegar a ser invalidantes y mortales”.
Así, el Dr. Labarca recomienda:
– Aprende a reconocer los síntomas de advertencia de infarto y ACV porque eso puede marcar la diferencia entre la vida y la muerte. Los síntomas de un infarto incluyen dolor en el pecho, dificultad para respirar, sudoración excesiva, mareos y dolor en el brazo izquierdo, mientras que los síntomas de un ACV podrían incluir debilidad en un lado del cuerpo, dificultad para hablar, pérdida de visión en un ojo y mareos repentinos.
– En hombres mayores de 45 años, lo ideal es realizar controles cardiovasculares preventivos. Lo mismo en el caso de mujeres mayores de 50 años o postmenopausia.
– El riesgo de sufrir enfermedades cardiovasculares es mayor si tienes antecedentes familiares de infartos o ACV. Infórmate con tu familia y toma las precauciones necesarias como realizar revisiones médicas regulares y estar más atento a los síntomas de advertencia.
– Realiza al menos 150 minutos de actividad física moderada a la semana. Caminar, nadar o andar en bicicleta mejorará la circulación sanguínea, y te ayudará a controlar la presión arterial y mantener un peso saludable.
– Evita el sedentarismo. Eso te ayudará a no tener obesidad, no tener diabetes ni colesterol alto, o hipertensión arterial.
– Mantén una dieta equilibrada. Incluye alimentos ricos en fibra, antioxidantes y grasas saludables, como frutas, verduras, cereales integrales, pescado y frutos secos. Estos te ayudarán a reducir el colesterol malo y mantener una buena salud cardiovascular.
– Es importante evitar el consumo excesivo de sal, azúcar y grasas saturadas, que contribuyen a la hipertensión y al aumento de peso.
– Controla el estrés y duerme lo suficiente. El estrés crónico aumenta la presión arterial y contribuye a otros factores de riesgo, como la diabetes o los trastornos del sueño.
– Evita hábitos nocivos como el consumo de tabaco y alcohol en exceso.
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