La columna vertebral es la responsable de mantener el cuerpo erguido y de dotarlo de movilidad. Sin embargo, un mal movimiento o mala postura, el recoger objetos pesados, la falta de ejercicio regular o sufrir algún traumatismo podría provocar un molesto síntoma en la zona inferior de la espalda: lumbago.
El dolor lumbar, comúnmente llamado lumbago, es provocado por una lesión en un músculo (distensión) o en un ligamento (esguince) y generalmente el único síntoma es un dolor que, en la mayoría de los casos, desaparece al cabo de dos a cuatro semanas.
Sin embargo, y para entender más en profundidad qué es, el doctor de Help Harrison Franco explica que “en la parte baja de la espalda existe una estructura llena de elementos interconectados y superpuestos comprendida por tendones, músculos y otras partes blandas como raíces nerviosas, nervios, articulaciones y discos intervertebrales, y que una inflamación o alteración de cualquiera de ellas puede causar dolor, lo que conocemos como lumbalgia”.
En cuanto a sus síntomas, el Dr. Fraco añade que varían de acuerdo a las estructuras comprometidas “por lo que puede ser local o irradiarse a las extremidades inferiores”. Además, señala que el dolor puede ser desde muy leve hasta llegar a ser totalmente incapacitante, y puede ser aguda o crónica. “La lumbalgia aguda es de corta duración, generalmente de unos días a unas semanas, mientras que la crónica se define como un dolor que persiste por más de tres meses, pudiendo ser progresivo o intermitente con periodos de remisión completa, hasta una próxima crisis de dolor”.
Causas y tratamiento
Las principales causas suelen estar relacionadas a trabajos forzados, ejercicios o estilos de vida, presentándose principalmente por alteraciones de los espacios intervertebrales como hernias discales o artrosis, o también por distensiones de algún músculo de la espalda o de otra parte blanda en personas entre los 30 y 60 años.
Para el Dr. Franco la mayoría de las lumbalgias no requieren de atención urgente, pero si es acompañada de “fiebre, pérdida de peso, pérdida de fuerza de las piernas, atrofia muscular, incontinencia intestinal o urinaria y dolores abdominales fuertes” debe consultarse inmediatamente a un especialista.
Para un diagnóstico exacto y brindar una mejoría al problema, los exámenes requeridos van desde una radiografía, escáner, tomografía computarizada o una resonancia magnética, siendo esta última la más detallada para determinar las múltiples causas del dolor.
¿Cómo prevenirlo?
Uno de los mecanismos de prevención más eficaces es mantener una buena salud de la espalda, es decir, realizar una rutina de ejercicios que contribuya a mejorar la postura, fortalecer los músculos, la estabilidad de la columna y a mejorar la flexibilidad. Asimismo, es importante mantener un peso corporal adecuado y evitar golpes o caídas, sedentarismo, obesidad y movimientos bruscos. “Los ejercicios dirigidos por un kinesiólogo ayudan al acondicionamiento anaeróbico, estiramiento y fortalecimiento de las zonas afectadas para lograr tener una columna más fuerte y flexible”.
En caso de dolor y posible lumbago, “el descanso es lo más importante. Dejar de realizar actividades físicas durante algunos días permite que los tejidos lesionados comiencen a sanar. Eso sí, el descanso no puede ser muy prolongado porque el músculo en reposo pierde masa y la atrofia muscular también facilita la aparición de dolor”, concluye el médico de Help.