Identificar cuándo un lunar puede ser peligroso y cuándo consultar a un especialista es fundamental para cuidar la salud y prevenir problemas más graves.
Pero ¿qué son los lunares? Se trata de manchas o protuberancias en la piel que varían en color, tamaño y forma. Y aunque la mayoría son inofensivos y forman parte de las características anatómicas de la piel, algunos pueden convertirse en un signo de alerta de afecciones más serias, como el melanoma, un tipo de cáncer de piel. De ahí la importancia en saber reconocer los cambios en los lunares y saber cuándo buscar la opinión y diagnóstico de un dermatólogo para la detección temprana de posibles problemas.
Para la directora médica de Help, Dra. Katherin Falck, “los lunares son un tipo absolutamente común de tumor en la piel, pero no hay que pensar que se trata de un cáncer, estamos hablando que son acumulaciones de células de la piel que se pigmentan (melanocitos). La mayoría de las personas tienen en general entre 10 y 45 que suelen desarrollarse dentro de la niñez y adolescencia, e incluso algunos desaparecen”.
¿Cuándo poner atención en un lunar?
Existen algunas características que indican que un lunar debe ser examinado por un especialista: Por ejemplo, si notas que cambia su forma, tamaño o color, o si se vuelve irregular. También es signo de alerta si el lunar comienza a sangrar, supurar o provocar picazón o dolor. Estos síntomas son señales de que algo no está bien y deben ser evaluados por un dermatólogo para determinar si es necesario realizar una biopsia o un seguimiento más agudo.
“En algunos casos, en particular, hay que poner atención porque pueden adquirir ciertas características las que deben ser evaluadas. Para esto, es importante que conozcas la regla ABCDE, la cual ayuda a reconocer los peligros de los lunares”, sostiene la Dra. Falck.
– A (Asimetría): Si el lunar no es simétrico y tiene un lado que no coincide con el otro.
– B (Borde): Los bordes irregulares son motivo de preocupación.
– C (Color): Un color desigual o manchas oscuras en diferentes partes del lunar.
– D (Diámetro): Lunares que tienen más de 6 milímetros de diámetro.
– E (Evolución): Cualquier cambio en su forma, tamaño o color con el tiempo.
Cuida y protege tu piel
La exposición prolongada al sol aumenta el riesgo de desarrollar lunares anormales o de volver peligrosos aquellos que no lo eran. Por esta razón la Dra. Falck recomienda:
– Chequear el estado de la piel con el dermatólogo (niños y adultos).
– Presta atención a la aparición de lunares nuevos.
– Utilizar protector solar de amplio espectro.
– Evitar la exposición directa al sol entre las 11:00 y 17:00 horas.
-Usar ropa protectora, especialmente si tienes antecedentes familiares de cáncer de piel.
No olvides consultar a un especialista médico si observas cambios en tus lunares. Ellos podrán hacer una evaluación profesional y recomendarte el mejor tratamiento o seguimiento para evitar problemas de salud en el corto plazo. Recuerda que la detección temprana de cualquier anomalía en los lunares es fundamental para un diagnóstico y tratamiento oportuno, lo que aumenta significativamente las posibilidades de éxito en el tratamiento y la recuperación.